Carlos Orlandelli

Entre los numerosos extranjeros, especialmente argentinos, que llegaron en los primeros años del profesionalismo a reforzar el club, hay uno que no sólo se constituirá en el eje articular del juego durante muchas temporadas, sino que, tal vez más importante, se hizo chileno y magallánico y como tal iría envejeciendo entre nosotros hasta su muerte. Por la gravitación que su presencia suponía en el equipo, fue aplaudido, admirado y también discutido. A muchos les parecía en esos años 40 que el equipo dependía demasiado de él y de hecho, un vez que dejó de jugar, no fue fácil encontrar su reemplazo. En esta década, Carlos Orlandelli, fue el barómetro del cuadro, sin lugar a dudas.

A comienzos de los 40, Santiago Wanderers realizó una larguísima gira de varios meses por el centro de Sudamérica. Para ello, se reforzó previamente contratando algunos jugadores argentinos para el viaje. Entre ellos, estaba Orlandelli. Así se conectó con Chile y a la vuelta de esa gira, fue contratado por Magallanes.
Su primera temporada en el club fue la de 1942 y rápidamente se convirtió en el motor del equipo. Conductor y realizador, ya en 1944 se decía lo siguiente:

"... Trabajador incansable, verdadero forjador de cuantas jugadas magistrales que se desarrollan en esa línea peligrosa. Orlandelli ha conquistado el mérito de ser insustituible"

Revista Estadio Nº 79, 22 de Septiembre de 1944

Jugador hábil e inteligente, era poseedor de un fuerte disparo, lo cual lo llevó a convertir más de 50 goles en las ocho temporadas que vistió la camiseta albiceleste, y ello contando sólo partidos por el torneo oficial:

"... Se apagaron las luces de "Cotrotro" Cordova y "Car'e Cacho" Torres, Vidal, Avendaño, primeros maestros de esa escuela práctica de fútbol técnico, y con su alejamiento de Magallanes atravesó una crisis que empujó al equipo hacia abajo y que Orlandelli hizo terminar"

Revista Estadio Nº 108, 3 de Agosto de 1946

Terminada su carrera como jugador, Orlandelli se dedicó durante unos años a entrenador, teniendo varias veces a su cargo el primer equipo de Magallanes, pero, tal vez más importante que eso, fue hincha albiceleste hasta su muerte, porque en Chile su corazón se hizo albiceleste:

"... En una oportunidad, el club Magallanes pasaba por una difícil situación financiera. La preocupación de sus dirigentes fue interrumpida por la presencia de Orlandelli, que había ido a ofrecer sus pocos pesos ahorrados en su carrera profesional para ayudar así al club"

Revista Estadio Nº 79, 22 de Septiembre de 1944

Fuente: De alegrías y pesares, Un siglo de Magallanes
de Eduardo Santa Cruz