Score, pero...
Santa Laura. Magallanes y Wanderers (segunda rueda) se entregan a una lucha desordenada, plena de imprecisiones, plagada de roces. El público se impacienta y expresa ruidosamente su malestar. No pasa nada. Hubo un gol de tiro libre y otro de penal. Y no se ve por dónde pueda salir uno más. Ninguna jugada bien hilvanada, ningún dribling seguro, ningún disparo con puntería.
La galería repara en el detalle: "Que entre el "Polilla", a ver si esto se arregla.
Fernando Espinoza, el centrodelantero albiceleste, regalón de Santa Laura, está en la banca de suplentes. Por primera vez en el año mira el partido con buzo.
¿Lesionado? Sería la explicación lógica, pero no es así. Hay otra: "Polilla" es sinónimo de gol, y ya no los hace. Hace nueve fechas que no convierte un gol de juego y se cansaron de esperarlo. Santa Laura, que fue su reducto preferido y el escenario más apropiado para sus genialidades en 1971, sólo lo vio hacer cuatro goles en la primera rueda. Y sólo uno de juego.
Así y todo, fue el goleador de la primera etapa del torneo.
Pero el galardón no alcanza a disimular la inquietud de la hinchada. La pregunta es demasiado insistente. Y se la planteamos al pequeño gran goleador en las mismas gradas de cemento del fortín hispano, mientras sus compañeros siguen allá en la cancha entregándolo todo, pero sin lograr su objetivo.
¿Qué me pasa? Muy simple: Estoy atravesando por una mala racha que es habitual en los jugadores y especialmente entre los que hacen goles. Estoy seguro que va pasar pronto. Es cosa de que haga un par de goles y agarro la onda de nuevo...
¿Cuántos goles ha hecho en esta parte? Catorce... A ver, sí, catorce.
¿Recuerda dónde fueron? Acá en Santiago son cinco. Los demás en provincia. Pero no me acuerdo bien dónde los hice.
Se lo preguntamos por una razón: Todas las estadísticas señalan que hizo los catorce goles a que él se refiere. Pero al revisar las planillas, se llega a la conclusión de que sólo hizo trece: uno en Valparaíso, uno en Viña del Mar, uno en el estadio Nacional, tres en Coronel, uno en Calera, dos en La Serena y cuatro en Santa Laura (tres de penal).
Claro. Y ése podría ser otro factor. Se avanza tocándola más y cuando llegamos al área estamos todos tapados. Yo no sirvo para ir a pelear centros. Ahí me muero de hambre. Para que yo produzca, tienen que explotar mi velocidad. Y eso ocurre muy poco ahora. Pero podría solucionarse con el ingreso de Jorge Arias (que debutaba, y muy bien, esta tarde). Juega muy bien y la pone como con lienza. Por ahí podría andar de nuevo...
Fernando Espinoza, el centrodelantero albiceleste, regalón de Santa Laura, está en la banca de suplentes. Por primera vez en el año mira el partido con buzo.
¿Lesionado? Sería la explicación lógica, pero no es así. Hay otra: "Polilla" es sinónimo de gol, y ya no los hace. Hace nueve fechas que no convierte un gol de juego y se cansaron de esperarlo. Santa Laura, que fue su reducto preferido y el escenario más apropiado para sus genialidades en 1971, sólo lo vio hacer cuatro goles en la primera rueda. Y sólo uno de juego.
Así y todo, fue el goleador de la primera etapa del torneo.
Pero el galardón no alcanza a disimular la inquietud de la hinchada. La pregunta es demasiado insistente. Y se la planteamos al pequeño gran goleador en las mismas gradas de cemento del fortín hispano, mientras sus compañeros siguen allá en la cancha entregándolo todo, pero sin lograr su objetivo.
¿Qué me pasa? Muy simple: Estoy atravesando por una mala racha que es habitual en los jugadores y especialmente entre los que hacen goles. Estoy seguro que va pasar pronto. Es cosa de que haga un par de goles y agarro la onda de nuevo...
¿Cuántos goles ha hecho en esta parte? Catorce... A ver, sí, catorce.
¿Recuerda dónde fueron? Acá en Santiago son cinco. Los demás en provincia. Pero no me acuerdo bien dónde los hice.
Se lo preguntamos por una razón: Todas las estadísticas señalan que hizo los catorce goles a que él se refiere. Pero al revisar las planillas, se llega a la conclusión de que sólo hizo trece: uno en Valparaíso, uno en Viña del Mar, uno en el estadio Nacional, tres en Coronel, uno en Calera, dos en La Serena y cuatro en Santa Laura (tres de penal).
Casi siempre las malas rachas también tienen una explicación. ¿La hay para el caso suyo? Puede haber influido el hecho de que Magallanes tenga ahora más delanteros. Hasta el año pasado, yo era prácticamente el único que podía hacer goles. Ahora están también Olivares (Adolfo), Godoy, Barría, Galdámez (Francisco), que también los hacen. La prueba es que yo me "chante", pero el equipo siguió convirtiéndolos hasta terminar como la segunda delantera más goleadora de la rueda.
¿Se juega distinto ahora en Magallanes? Claro. Y ése podría ser otro factor. Se avanza tocándola más y cuando llegamos al área estamos todos tapados. Yo no sirvo para ir a pelear centros. Ahí me muero de hambre. Para que yo produzca, tienen que explotar mi velocidad. Y eso ocurre muy poco ahora. Pero podría solucionarse con el ingreso de Jorge Arias (que debutaba, y muy bien, esta tarde). Juega muy bien y la pone como con lienza. Por ahí podría andar de nuevo...
No le sienta el buzo. Menos en Santa Laura. "Polilla" es gol. Y los goles se hacen allá en la cancha y no acá metido junto al público. Pero a Espinoza no lo amarga la situación. Sabe que "es cosa de que haga un par para agarrar la onda".
20 de Septiembre de 1972 - Revista Estadio Nº 1.521
Ese año el "Polilla" fue el goleador del torneo de Primera División con 25 tantos.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home