Los "Hermanos del Diablo"

Magallánicos hasta la médula, son otros de la innumerable lista de hermanos que han jugado por el club desde los fundadores Carlos e Hildebrando Monreal. Dotados de un talento y una técnica depurada e innata, a la vez dueños de un genio ligero y vehemente, que hacía olvidar por su guapeza sus pequeñas estaturas. La revista Estadio los bautizó como los "Hermanos del Diablo". José y Luís López, el "Guagua" y el "Mico", fueron producto de la cantera albiceleste y fieles expresiones de la raigambre popular del club. Como tales, ellos como nadie, fueron símbolos de una época en la vida del club. Como no podía ser de otro modo, sólo se sacaron la divisa albiceleste para ponerse la roja de la selección.

De ambos, el "Guagua" López fue el de una trayectoria más extensa. Debutó en primera en 1943 y jugó hasta la temporada de 1953, es decir once temporadas como titular y en algunas de ellas con asistencia completa.

Lateral o volante, marcó sólo 6 goles en torneos oficiales (1 el 51 y 5 el 52). Fue llamado por primera vez en 1946 a la selección nacional para el sudamericano del 46, en Buenos Aires donde cumplió una destacada actuación como lateral izquierdo. Luego, no sería considerado hasta 1950, en que jugó tres amistosos previos al Mundial de Brasil: ante Bolivia, en Santiago (5 a 2) y La Paz (0 a 2) y Uruguay, en Stgo. (1 a 5). Su última actuación con la camiseta roja fue el 2 de Marzo de 1952, en un amistoso que la selección pierde 2 a 1 con el Deportivo Cali, en Valparaíso.

A poco de debutar en 1943, se le definía de esta manera:

"... Poseedor de gran vitalidad, prodiga sus energías con generosidad en el apoyo y en defensa. Firme, a pesar de su escasa talla, se hace respetar" Revista Estadio Nº 44, 21 de Mayo de 1943.

Su hermano, Luís, en cambio, tuvo una corta actuación en el fútbol profesional. Aparece en la temporada de 1946, en que juega 8 encuentros. Luego, será titular desde el 47 hasta 1951. Delantero veloz y hábil, no le iba en zaga a su hermano en personalidad. Más que goleador, era un organizador y creador de juego. Por ello, sólo convirtió 14 goles en partidos oficiales (2 el 46, 3 el 47, 7 el 48, 1 el 49 y 1 el 50).

A la selección nacional fue llamado sólo para el sudamericano del 49, que se desarrolló en Sao Paulo y Río de Janeiro. Allí participó en tres encuentros: en la derrota ante Brasil (2 a 1); en el empate con Colombia (1 a 1) y en la derrota ante Paraguay (4 a 2).


Texto: De alegrías y pesares, Un siglo de Magallanes
de Eduardo Santa Cruz