Colo Colo v/s Magallanes (1966)
Un clásico que se jugó con los dientes apretados. Al final, todos conformes con el empate a cero.
Las características de los clásicos son hereditarias. No importa que hoy día tanto en Colo Colo como en Magallanes jueguen cuatro extranjeros, que el domingo hubiera en ambas escuadras jugadores que llegaron hace apenas unos meses a esos equipos, ni que sean todos esctrictamente profesionales que juegan no por la historia ni la tradición, sino por los beneficios materiales que derivan de su "trabajo". Colo Colo y Magallanes, cada vez que estén en equilibrio, en condiciones de prodigarse, brindarán partidos que han de responder a la definición que tiene su confrontación. Nos parece que ese fue el caso del domingo, aunque hubiera unas cuantas cosas que nos chocaron.
Colo Colo
El primer partido en que al cuadro albo se le ve fisonomía definida de equipo y de fuego. Hizo un primer período que -según nos lo confirmaron quienes venían viendo regularmente a Colo Colo- debe ser de lo mejor que ha hecho este último tiempo. Bueno sobre todo por los problemas que tuvo al frente, y porque con fuerza de conjunto -cosa que no se le había visto todavía- superó esos problemas y sus propias deficiencias. Las más notarias de éstas estuvieron radicadas en un Francisco Valdés demasiado retrasado y complicado, y en un Mario Moreno lento y sin voluntad, entregado a la "hostigosa" marcación de Antonio Arias.
Mientras Beyruth estuvo en condiciones, Colo Colo fue un equipo agresivo, movido fundamentalmente por el buen concepto que tiene Walter Jiménez de su función, por la variedad de recursos y la tendencia de rematar sin complicaciones de Víctor Zelada -sigue pareciéndonos que vale más en el medio del ataque que en las puntas-, y por la movilidad de Roberto Rojas. Además, por el dinamismo y la impaciencia de Valentini -un jugador hecho para Colo Colo-, que aprovecha bien la cancha y su rapidez para atacar.
Colo Colo pudo y quizás si debió sacar ventajas en el primer tiempo. Pero...
Magallanes
... Pero Magallanes había exigido con su terquedad -y también con la rudeza de Roberto Ampuero, Iturrate y algún otro- un ingente gasto de físico al rival. Magallanes fue un equipo tremendamente duro, tremendamente resuelto. Implacable en la marcación con un cerrojo invertido (Ampuero libre delante de la línea de zagueros) y con aire suficiente para resistir por lo menos tres cuartas partes del match.
Y Magallanes, que al término de los primeros 45 minutos parecía expuesto a la derrota -por lo menos más de ella que el adversario-, sacó pecho en la segunda parte. Durante media hora se puso a las puertas del triunfo.
Muy atinado Dagnino, muy colaboradores los punteros Gómez y Navarro, y obstinado en su idea de gol Luis Hernán Alvarez -para lo que lo habilitaron muy bien-, hizo cambiar fundamentalmente el cariz del partido. Y si en el primer período la defensa de Magallanes había recurrido a "expedientes extremos", ahora lo hizo Colo Colo, movido y hasta asfixiado por el crecimiento magallánico.
Día: Domingo 5 de septiembre de 1966
Público: 47.819
Recaudación: 103.319,90 escudos
Árbitro: Lorenzo Cantillana
Estadio: Nacional
Nota: Partido de fondo. En el preliminar jugó Unión Española 0 Unión La Calera 1.
Colo Colo (0): Kusmanic; Valentini, Clariá, González; Cruz, Jiménez; Moreno, Valdés, Rojas, Beiruth y Zelada. DT. A Prieto.
Magallanes (0): Salvador Germinano; Víctor Santis, Nolberto Schiro, Antonio Arias; Roberto Rosales, Roberto Ampuero; Andrés Gómez, Jorge Dagnino, Luís Alvarez, Miguel Iturrate y Raúl Navarro. DT.: Sergio Cruzat.
Revista Estadio Nº 1.213
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