Un Dundo Mágico
Llegó a Magallanes y ha sorprendido con su producción, siendo una de las figuras de la Copa Chile.
No sobrepasa el metro setenta. Moreno, pero para mantener intacta la moda de su país tiene el pelo largo y voluminoso, lo que le ha significado ser comparado con Sergio Díaz o Juan Ramón Garrido, porque el parecido es efectivo.
Pero este argentino ha marcado la diferencia con muchos goles y cierta dosis de talento, que a Magallanes le han venido muy bien en este Torneo de Apertura. Su estilo no es de gran velocidad física; la suple con rapidez mental para habilitar a sus compañeros, además de su gran capacidad para definir.
-¿Cómo llegaste a Chile?
A través de “Cacho” Martínez, un gran amigo mío que también jugó en Chile, en Unión Española, Coquimbo Unido, por decirte algo. Cuando supo que yo le había comprado el pase a Chaco For Ever, me dijo un día viernes: “Nos vamos a Chile; tengo listos los dos pasajes”. No lo pensé dos veces y viajé”.
-¿Por qué no seguiste en Argentina?
Por algo muy simple: Cuando le compré el pase al Chaco For Ever en veinte mil dólares, no iba a volver a jugar hasta junio del año venidero, porque en Argentina el libro de pases se cierra en ese mes y yo lo adquirí en septiembre. Incluso, antes de venir a Magallanes estuve tres meses inactivo. Cuando supe que acá iba a empezar la Copa Chile, vine a probar suerte.
-¿Por qué Magallanes?
Porque “Cacho” Martínez jugó en Magallanes y tiene contacto con el presidente, Ernesto Esquivel. Y los directivos dieron el pase para que me probara en este equipo.
-¿Qué ocurrió después?
Jugué un partido amistoso, donde me observaron Carlos Valenzuela y Orlando Aravena, quienes, al final, dieron el visto bueno para que los dirigentes me contrataran. Magallanes me contrató y me ha comprado el pase.
-¿En Argentina ocupabas la misma posición que en Magallanes?
Ustedes se van a reír. En los equipos en que actué, yo jugaba como marcador de punta, haciendo algo parecido, no igual, a lo que realiza Gabriel Mendoza en Colo Colo, dándole al equipo la salida por derecha. Llegué, incluso, a ser goleador, jugando por el Chicago, con 18 goles. Pero cuando me probé en Magallanes lo hice como volante; ahí quería jugar, pero no como hombre contención ni como “10”, sino como un mediocampista con llegada, porque tampoco soy centrodelantero.
-¿Goleador, sí?
No quiero engañar a nadie. No soy un goleador nato, pero sí convierto goles por mi forma de jugar. Llego con frecuencia al área rival y tengo la suficiente tranquilidad como para definir un partido mano a mano con el portero.
Nº 246 Minuto 90 / Abril de 1992
Después de su paso por Magallanes, recorrió el país entregando su fútbol. Rubén Dundo, el último extranjero que fue un aporte y dio alegría a la hinchada albiceleste.
1 Comments:
At 18/6/09 10:56, Anónimo said…
Ví jugar a Ruben Dundo, verdaderamente era un futbolista muy destacado daba gusto observarlo personas así nunca debiesen retirarse del futbol
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