Luis Pérez: "Magallanes en mi gran amor"

La historia del popular "Chico" Pérez es como muchas. Al comienzo, cuando niño, cargado de ilusión, fue a probar suerte a los clubes llamados grandes -Colo Colo y la "U"- y no quedó. Con voz entrecortada dice: "también fui a Palestino y me fue mal".

Pero hay un refrán que dice que no hay mal que por bien no venga. "Un día cualquiera un amigo de mi padre me invitó a entrenar a Magallanes y mi profesor fue Edson Beiruth, a quien yo sólo conocía por fotos. Todo me parecía un sueño, me vio entrenar y me clasificó para su serie. Recién pisaba los 12 años. Así, comienza a escribirse mi historia como futbolista".

Luego, el internacional volante y campeón con Colo Colo de la Copa Libertadores de América agrega: "Magallanes es mi gran amor, este club fue el que me abrió las puertas cuando otros me la cerraron. Gracias a esta institución conocí prácticamente todo mi país, me proyecto a nivel de selección olímpica y también con el viejo Magallanes supe por primera vez lo que era jugar en Copa Libertadores de América. Después de eso fui transferido a Universidad Católica".

Luis, a la distancia, al margen de Beiruth, ¿de qué otros técnicos se recuerda?
"En mis comienzos fue muy importante el profesor Francisco Graells, quien, al margen de enseñarnos valores que van unidos con la ética deportiva, era un gran amigo nuestro, incluso él muchas veces hacía el papel de papá, nos trataba como hijos, no tan sólo a mí, sino que a todo el grupo. El “profe” Pancho es un gran formador de jugadores".
Posteriormente señaló: "Recuerdo que en ese grupo había un gran contingente que llegó al primer equipo. Estábamos Arturo Palma, Eduardo Calquín, Patricio Fica, el "Lalo" Vilches, el "Diablo" González y yo, entre otros. El profesor que nos hizo debutar fue Jaime Campos".

Luis, muchos dicen que Magallanes más que un club es una familia, ¿usted comparte esa opinión?
"Claro que sí. En Magallanes las cosas nunca son fáciles. Primero por infraestructura y por el aspecto económico. En Magallanes todo se hace a pulso y con entusiasmo. Recuerdo que habían dirigentes o hinchas anónimos que se nos acercaban a nosotros y nos daban plata para la micro. Incluso un día, Hugo Vidal Lazcano, quien fuera un gran presidente de la Institución, no se explicaba cómo yo, que vivía en Pudahuel, y el "Lalo" Vilches, que vivía en Quilicura, veníamos a entrenar a San Bernardo. Nos dijo: "Ustedes dos se van a vivir conmigo" y nos arrendó una pensión a cinco minutos del estadio Vulco. Eso es Magallanes".

Lucho, ¿cuál ha sido el momento más triste de su carrera?
"Mira, como jugador aún no he vivido el momento más triste, pero te debo confesar que me dio mucha pena cuando supe que Magallanes había descendido a la Tercera División. La verdad es que no lo podía creer".

Por Eduardo Italo Mella
Diciembre de 1995 / Revista ¡Arriba Magallanes!